domingo, 31 de julio de 2011

HECHOS

Los hechos que una persona realiza prueban lo que sus palabras manifiestan.
Es importante poder decir aquello que deseamos hacer en nuestra vida, pero también es necesario poder llevarlo a cabo. Cuando una persona expresa un deseo, quizás luego no le sea posible poder cumplirlo. En este caso, será necesario ahondar las razones por las cuales no pudo concretarlo.
Una persona puede ser muy bien intencionada al momento de expresar su intención pero si no la cumple, estará adoptando una actitud descomprometida pues no puede sostener lo que ha manifestado.
Lo dicho hasta aquí podría encuadrarlo en una figura que, entre los abogados, es conocida como incumplimiento contractual. Cuando una persona firma un contrato en el cual se hallan cláusulas de donde derivan obligaciones, y éstas no son cumplidas, este instrumento podrá ser usado para reclamar lo que corresponda según los compromisos asumidos.  
Entonces nosotros esforcémonos para ser concientes de nuestras palabras, que éstas sean de bendición y constructivas, para luego poder ponerlas en práctica de manera concreta y ordenada. Esto nos permitirá poder perfilarnos como sujetos con justos valores, alcanzando decisiones teñidas de buen criterio.
Proverbios 3:5: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”
Proverbios 3:6: “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”