miércoles, 28 de noviembre de 2012

Las leyes

                                        
    Una ley es un precepto emanado de la suprema autoridad, en que se manda o prohíbe algo, conforme con la justicia.
   Existen un sinnúmero de leyes que regulan diferentes instituciones jurídicas (ley de contrato de trabajo, de concursos, de sociedades, etc.)
   Como las normas son creadas por los hombres, muchas veces dan lugar a que una misma situación sea interpretada de diferentes maneras.
   Cuando redactamos una demanda (escrito judicial para dirigirnos al juez), previamente tendremos que encuadrar los hechos (A debe dinero a B) en una norma jurídica.   
   Luego, en la contestación de esa demanda, uno de los caminos podrá ser la de negar ese mismo hecho (A no debe dinero a B). Esto también hallará su fundamento en un cuerpo legal, que será diferente.
   El legislador trata de prever todas las posibles soluciones para dar respuesta a las situaciones-problemas acontecidas en la vida diaria. Pero muchas veces se producen incertidumbres en cuanto al verdadero significado del contenido de una ley.  
   Será el juez quien con su fallo decidirá cual es el derecho aplicable conforme los hechos planteados. Y aquí realizará un minucioso análisis de la prueba producida en el expediente para fundamentar la sentencia.
   Ahora vamos a pensar en la Ley de Dios. Muchas veces la justicia de los hombres es limitada y adolece de imperfecciones. Así como existen personas con criterios sanos que trabajan lo mejor posible, también hay otras que actúan en forma contraria, es decir con maldad, pues están pensando estrategias para dañar a su prójimo.
   Si nosotros no conociéramos la verdadera Ley de Dios,  creo que nos sentiríamos decepcionados y desamparados. Pero cuando sentimos que está cuidando de nosotros, la sensación es de gran ALIVIO.
   ¿Cómo hacemos para poder emplear la justicia de Dios en paralelo con la justicia de los hombres? Una forma posible es a través de la oración. Podemos hablar con Dios, y en el nombre de Jesús, plantearle nuestra necesidad, estando convencidos de que Él responderá a nuestro pedido conforme su voluntad. Ah…y también podemos agradecerle dando por hecho de que nuestro pedido ya ha sido cumplido.
   “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17)
   “Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad” (Salmo 119:42)
   ¡¡¡Bendiciones!!!